El cambio del modelo productivo, basado ahora en el saber y no en el ladrillo, requiere de una nueva visión empresarial y económica en la que tienen mucho que decir los ciudadanos. Ya no son las máquinas las protagonistas del cambio. Es el talento. Las empresas que triunfan, y que se colocan a la cabeza de la producción, son aquellas capaces de generar equipos dinámicos de trabajo, creativos, con
ideas y ganas de innovar. En todo ello juega un papel prioritario la universidad como entidad formadora y transmisora del conocimiento. Hoy hablamos de su función en el nuevo modelo productivo, de la importancia de las enseñanzas de idiomas o de su capacidad de análisis para abordar las políticas públicas, en base a resultados reales. En este nuevo espacio participan la Universidad Pompeu Fabra, la Europea de Madrid y la de Salamanca.